Que aparezcan avispas en tu jardín es una auténtica faena. Especialmente si tienes hijos pequeños o mascotas, ya que muchas veces no ven el peligro y se ponen a jugar junto al nido. Y, como es normal, lo suyo, es querer quitar el nido de avispas lo antes posible porque, a diferencia de las abejas, la miel de avispa no nos interesa tanto. Aunque no se trata de algo tan fácil como uno podría esperar.
Quitar un nido de avispas no es nada fácil
Y es que, de entrada, habría que ver qué método usamos. Podemos decantarnos por algo más tradicional y usar un palo, aunque claro, eso significa que nos tenemos que acercar mucho al nido para conseguir quitarlo. Sin embargo, siempre hay algún valiente que se atreve a intentarlo.
Las avispas no son fans de los palos
Los más avispados recurren al uso de protecciones, ya sean gafas, abrigos de nieve o guantes de todo tipo. Porque pasarse un día con incontables picaduras de avispa encima no es algo que nadie quiera experimentar.
Intentos que, como no podía ser de otra forma terminan en picotazos, picotazos y más picotazos. Pero, sin embargo, con el nido destruido. Otros, al contrario, lo intentan pero no lo consiguen, teniendo que huir de las avispas dejando el nido aún intacto.
Una bolsa de plástico como arma
Y, como en otras áreas, a la hora de quitar un nido de avispas la imaginación fluye y deja como resultado infinitos métodos de hacerlo. Quiénes pasan de usar un palo a veces se decantan por una bolsa de plástico con la esperanza de que los animales queden encerrados dentro. Spoiler, no suele pasar.
Incluso entre dos personas, una con arma y otra con la bolsa, a veces las cosas no salen bien del todo. Porque, aunque no lo parezca, las avispas no tienen un pelo de tontas.
“Mátalo con fuego”
Pero claro, hay gente que directamente sigue la máxima “mátalo con fuego” y no se lo piensa dos veces a la hora de apañar un lanzallamas casero. Una idea tan loca que era imposible que funcionase, claro. Y lo que se llevan a cambio son un buen puñado de picaduras.
Otros, por su lado, prefieren meter el nido directamente en una hoguera, asegurándose así de que está destruido del todo.