Un simple momento separa la anécdota que cuentas de cervezas con los amigos del terrible accidente que sale en las noticias. Y es que a veces la vida te da una segunda oportunidad para replantearte las decisiones que te han llevado hasta donde estás.
“Ha ido por un pelo”
El campo de tiro es uno de esos sitios donde la seguridad debe ser lo primero, lo segundo y lo tercero. Porque, al fin y al cabo, se están disparando armas de fuego que pueden hacer mucho daño, incluso sin querer. Prueba de ello son las balas rebotando en los objetivos.
Hay momentos en los que la vida te da una segunda oportunidad
Y, aunque muchas veces tomes todas las precauciones, el destino, Dios o como quieras llamarlo está ahí para que veas pasar tu vida delante de tus ojos y decidas no volver a disparar un arma.
Los deportes de riesgo hacen honor a su nombre
Los llamados “deportes de riesgo” se llaman así por algo. Y es que, aunque hoy en día el número de accidentes sea muy bajo, sigue habiendo situaciones que quitan el aliento solo con verlas. El mejor ejemplo son los rallys de coches. Donde un segundo o unos pocos centímetros separan la espectacularidad del accidente.
El Snow-Board también tiene peligro
El Snow-Board también tiene su parte peligrosa. Sobre todo cuando te pierdes en la pista y terminas junto a una caída que podría resultar mortal.
Los coches, los verdaderos protagonistas
Pero por supuesto, el campeón indiscutible cuando la vida te da una segunda oportunidad son los medios de transporte. Ya sean coches, barcos o bicis. Porque al final del día es lo que más usamos. Y, precisamente por eso, a veces nos olvidamos de que son situaciones en las que una distracción puede suponer una gran diferencia.