Salir de vez en cuando a tomar unas cervezas es lo más normal del mundo. Aunque hay personas a las que no se les puede dejar solas, y, a veces, tampoco se libran de liarla estando acompañadas. Y es que, una vez el alcohol entra en juego, nunca se sabe lo que va a pasar.
Alcohol y fuego nunca es buena idea
Hay veces en las que se quieren sustituir las clásicas cervezas por cosas algo más modernas. Como, por ejemplo, chupitos en llamas (sí, has leído bien). Y claro, es una idea que estaba abocada al fracaso desde su concepción.
Pero es normal. Porque mezclar fuego y alcohol, sobre todo si ese alcohol está ya dentro de las personas que manejan el fuego, nunca es buena idea.
Las mesas tampoco son lugar seguro
También puede dejarse en “cualquier objeto que no sea macizo o tenga patas“. Porque personas borrachas y tablas de madera son solo una combinación ganadora si buscas hacerte famoso en Internet.
Y, por supuesto, subirse a una a bailar tampoco es la mejor idea del mundo. Aunque parece que a la gente le da igual.
Tomar unas cervezas y bailar, amigos inseparables
Sales a tomar unas cervezas y, a medida que avanza la noche, la música te va gustando cada vez más. Poco a poco te va importando menos hacer el ridículo y, finalmente, te lanzas a bailar. Normal, ¿no? Bueno, sí, pero hay formas y formas…
Y es que ni el hijo de Dios es capaz de aguantar la tentación cuando se trata de partir la pista de baile. ¿No te lo crees? Te lo enseñamos.
El momento de volver a casa
Aunque no todo van a ser risas y diversión. Una vez terminada la fiesta, toca volver a casa y descansar para ser un miembro productivo de la sociedad de nuevo (o hasta el próximo finde). Sin embargo, esa tarea a veces puede complicarse.
A veces, hasta entrar en tu habitación puede convertirse en una odisea si se te ha ido la mano a la hora de tomar unas cervezas.
La mañana siguiente
La peor parte de salir de fiesta, sin duda. Dolor de cabeza, el estómago del revés y, si te viniste muy arriba, la memoria como un pueblo después de una inundación, repleta de lagunas. Incluso salir de la cama puede ser una tarea titánica.
Pero hay una parte todavía peor. Cuando te juntas con tus colegas de nuevo y te enseñan la que liaste anoche con fotos y vídeos. Hay quiénes directamente no pueden soportarlo, como el protagonista del siguiente vídeo.