Pocas actividades hay más seguras que quedarse en casa tocando algo de música, ¿no? Pues, según parece, hasta la música tiene mucho peligro si nos dedicamos a hacer el cafre. ¿No te lo crees? Te dejamos algunos ejemplos para demostrarlo.
Pasarse de guay tiene sus consecuencias
Desde el primer momento lo que muchos músicos buscan es, ni más ni menos que molar. Sí, porque ser el más cool del grupo tiene un punto que gusta mucho. Sin embargo, eso no siempre es posible. Y, además, es más que probable que termines haciendo el ridículo.
Uno de los movimientos que más se intentan (y con los que más se hace el ridículo) es el guitar spin. Ese movimiento en el que el guitarrista gira la guitarra alrededor de su cuerpo usando la correa como apoyo. Pero claro, es más fácil decirlo que hacerlo.
La música tiene mucho peligro
Aunque en otras ocasiones lo que falla es la propia puesta en escena. Pero claro, los nervios, la incertidumbre y el hacer las cosas por primera vez pasa factura. Porque, seas una super-estrella o no, es posible que la presión pueda contigo y la líes.
La noche y la fiesta no ayudan
La música tiene mucho peligro, sobre todo si es nuestra pasión y nos venimos más arriba de lo que sería recomendable. Algo que, si pasa con frecuencia puede dar lugar a situaciones en las que uno no puede más que reírse.
Este es el caso de algunos DJs y demás artistas que frecuentan el mundo de la noche. Porque ya se sabe que juntando fiesta, equipos caros y alcohol, no puede salir nada bueno.
Momentos para el recuerdo
Y, a veces, aunque no sea culpa de nadie, es un poco culpa de todos. Dándose situaciones que, vistas con tiempo, te sacan una sonrisa. A pesar de que en el momento te dieran ganas de bajarte de la vida.