Es una de las frases más recurrentes de Internet, pero es porque es verdad. Hay veces en las que simplemente no nos merecemos a los perros y todo lo mucho que nos quieren. Y como las palabras sin ejemplos no valen de nada, te dejamos unos cuantos.
Nuestro mejor amigo siempre va a estar ahí
Y es que, sin importar cómo te haya ido el día, tu perro va a estar ahí para ti cuando llegues a casa. Claro, ¿cómo no vamos a querer a nuestro mejor amigo así? Siempre, por supuesto, que no estén durmiendo. La que es, sin ninguna duda, su actividad favorita.
Tanto les gusta eso de dormir que no les importa si llueve, nieva o hace sol. Aunque eso suponga que les va a llover encima.
Del mismo modo que tampoco les importa el lugar donde quedarse dormidos. Ni siquiera con una cama demasiado pequeña van a no dormir.
No nos merecemos a los perros
Sin embargo, también nos acompañan cuando hacemos otras cosas. Desde luego, siempre dándonos su apoyo en momentos de necesidad, como un examen. De verdad que no nos merecemos a los perros.
En otras ocasiones, sí que aguantan despiertos y se interesan por lo que hacemos. Aunque lo que estamos haciendo sea leer y ellos no puedan. O por lo menos lo intentan.
Un amor que va en dos direcciones
La mayor parte del tiempo, por otro lado, este amor va en las dos direcciones. Aunque hay alguien que siempre lo lleva un paso más allá.
Cuando, por el motivo que sea, pasamos mucho tiempo alejados de nuestros perretes, ellos también están tristes. Y si la única forma que tenemos de verles es a través de Skype, se enamorarán del ordenador.
Y si todos estos ejemplos no te pareciesen suficientes como para estar ya enamorado de los perros, te deja con una recopilación de momentos que te llegarán directos al corazón.